Divide su discurso en 3 historias basadas en experiencias y etapas de su vida 
y, desde mi punto de vista, es una lección de cómo debemos enfocar y afrontar 
muchas de las cosas que nos suceden a diario.
La primera la llama “conectar los puntos” y anima a que sigamos nuestra 
curiosidad e intuición porque si lo hacemos, a pesar de que en ese momento 
creamos que no nos aportará nada, todo acabará conectándose.
La segunda historia es la del “Amor y la pérdida”. En esta historia nos amina 
a no conformarnos nunca y a seguir buscando lo que queremos. “A veces la 
vida te da con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe”
Finalmente, la tercera historia habla sobre la “muerte”. Es una lección 
positiva de como debemos aprender a relativizar lo que nos sucede a diario. Cuánto nos desgastamos en dar demasiada 
importancia en cosas que, en realidad, son al fin y al cabo secundarias y 
perfectamente superables.

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